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  • Foto del escritorMeraki Agencia Digital

El riesgo de la obesidad infantil

Un niño “gordito” y que come bastante es para algunos padres de familia un sinónimo de buena alimentación, sin embargo los niños tienden a continuar con la misma conducta alimenticia durante el curso de su vida adulta. Sólo el 1% de la obesidad se dá por vía genética.



El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades no transmisibles son en gran medida prevenibles. Se acepta que la prevención es la opción más viable para poner un alto en el camino a la epidemia de obesidad infantil.


A continuación, hablaremos de los factores que influyen en la relación con el sobrepeso: comer en exceso, comer mal o en destiempos, son acciones que tienen como resultado enfermedades crónicas relacionadas con el sobrepeso y enfermedades del corazón.


En este orden de ideas, lo que sucede en familias donde hay personas obesas, es que los niños adquieren malos hábitos alimenticios por imitación. A esto se le suma la posibilidad de mantener una vida sedentaria, lo que conlleva y favorece el sobrepeso.


Progreso. La obesidad es progresiva, comienza cuando el niño lentamente va aumentando de peso hasta alcanzar el exceso de peso. Cuando un niño padece de obesidad, su peso está por lo menos un 20% por encima del peso ideal.


Rasgos. Los niños que padecen de obesidad, suelen ser niños sedentarios que pasan muchas horas frente a la televisión, el computador, la tablet, el celular o cualquier dispositivo electrónico. No suelen realizar actividades físicas y prefieren los juegos pasivos como los juegos de mesa o consolas de videojuego. Otro aspecto que hace parte de esto, es que suelen comer gran cantidad de dulces y comida chatarra.


Síntomas físicos. Dentro de ellos, encontramos una gran dificultad para respirar y ahogamiento, esto se debe a la presión que ejerce la grasa debajo del diafragma y en la pared torácica.


Síntomas psicológicos. Generalmente, se trata de niños que tienen una baja autoestima y una baja tolerancia a la frustración. Suelen ser niños pasivos, tímidos y reprimidos que tienen un bajo rendimiento tanto escolar como deportivo. Muchas veces son víctimas de la discriminación de los otros niños, lo que conduce a conductas sociales de inhibición.


Consecuencias. La obesidad acarrea consigo una serie de enfermedades tales como hipertensión, colesterol elevado, diabetes, entre otras; por ello, resulta de suma importancia un diagnóstico adecuado y precoz para poder revertir dicha situación. Al mismo tiempo recomendamos un acompañamiento psicológico que complemente el tratamiento indicado por el médico.

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